Obra expiatoria

La Expiación en el Templo del Sagrado Corazón del Tibidabo

La Expiación, en la Sagrada Escritura, es el acto por el cual la persona que ha cometido un delito o un pecado compensa la falta cometida con la entrega de un  animal que es ofrecido en sacrificio, o de una compensación material o económica a la persona agraviada.

El libro bíblico del Levítico nos ofrece la descripción detallada del ritual del Día de la Expiación (c. 16, Yom Kippur), mediante el cual el Sumo Sacerdote, en nombre de todo el pueblo, entraba en el interior del
santuario del Templo de Jerusalén llevando una ofrenda de sangre y de incienso, para expiar las faltas que el pueblo hubiera podido cometer inadvertidamente contra la Ley de Dios, a lo largo del año.

En el Nuevo Testamento, la carta a los cristianos Hebreos aplica a la muerte sangrienta, pero inocente, de Cristo en la cruz un valor expiatorio (2,17; 10,6.8): Jesús, que pasó haciendo el bien y predicando la conversión de la conducta personal y la llegada del Reino de Dios, pero que al final fue ajusticiado injustamente por las autoridades, ofreció, de forma consciente y generosa, su propia vida para obtener de Dios el perdón sobre todos los pecadores: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34).

De esta manera, el término Expiación quedó ligado a la idea de “ofrenda” y de “entrega”, así como también a la de “compensación”.

Una obra buena (una buena acción, una donativo, un servicio a los demás, una ayuda, una oración…) ayuda a compensar todo el mal que, de forma consciente o no, realizamos ante Dios y ante los demás.

El Templo al Sagrado Corazón de Jesús, en la cumbre del Tibidabo, nos recuerda la entrega que, por amor, hizo Jesús de sí mismo por todos nosotros, y nos impulsa a hacer nosotros lo mismo: dedicar nuestra vida a hacer el bien a los demás, por amor a Dios, y a compensar así todo el mal que se comete cada día en nuestro mundo.

Ayúdanos tú también con tus buenas acciones, hechas por amor a Dios, a cumplir nuestra misión de ser testigos del Amor del Sagrado Corazón de Jesús en bien de la humanidad.