Los ‘esplais’ cristianos suben al Sagrado Corazón del Tibidabo para trabajar la espiritualidad

6 marzo 2025

Fundación Pere Tarrés.

Cómo trabajar la espiritualidad y la fe con los niños y jóvenes de los centros de esplai (esparcimiento) es el propósito que reunió viernes 28 de febrero unos cincuenta monitores y monitoras del Moviment de Centres d’Esplai Cristians de la Fundación Pere Tarrés en el Templo del Sagrado Corazón del Tibidabo de Barcelona. En este entorno, distanciado del centro de la ciudad, los participantes, provenientes de varios centros de Cataluña y las Islas Baleares, han reflexionado.

Bajo el lema ‘Itinerarios de esperanza’, subieron al templo del Tibidabo para realizar diferentes dinámicas que vinculan, a través de la reflexión, los conceptos a trabajar con cada una de las atracciones del parque que, a pesar de estar cerrado por fuera de temporada, dibujó un entorno mágico para el encuentro.

Entre los temas que se reflexionaron, destaca la realidad virtual, que la organización del encuentro vincula en el tren llamado ‘Tibidabo Express’. Para aproximar la tecnología al trabajo de la espiritualidad, los participantes disfrutaron de un juego de roles donde interpretaron situaciones concretas y posteriormente reflexionaron cómo se han sentido. El objetivo que hay detrás de esta actividad es capacitar para ver una situación desde otra perspectiva que no seria, inicialmente, su propia; entrenando así los puntos de vista diversos.

Conocer maneras diversas de vivir las religiones

Un elemento que también permitió trabajar varias perspectivas a través del pensamiento es la rueda de feria del Tibidado, denominada ‘Giradabo’. Con esta metáfora, los monitores aprendieron a tener una mirada contemplativa, cogiendo perspectiva desde varias posiciones, sin olvidar el eje central de cada cual, aquel que nos hace ser quién somos.

Durante la novena edición de la Noche de los Animadores y Animadoras de la Fe, los jóvenes trabajaron también sus emociones, como el miedo, la angustia y la sensación de fracaso. Lo hicieron con dinámicas como la actividad “Montaña rusa: Dudas? Vas por buen camino!”, que ejemplifica como la fe a menudo no es un proceso lineal, sino que tiene momentos fluctuantes de más y menos intensidad, y que dudar puede reforzar la creencia en Dios. La propuesta “El tren de la bruja: construimos amuletos contra el miedo”, a su vez, abordó a través del juego qué son los miedos habituales de los jóvenes y de qué estrategias disponemos para hacer frente.

Conocer maneras diversas de vivir las religiones fue otro de los objetivos detrás de esta experiencia. La atracción “Pirata”, que simula ser un barco que ensarta los usuarios hasta 180 grados de inclinación, permitió viajar los jóvenes a varias culturas, tradiciones y religiones con ánimo de convivencia y diálogo. Durante la jornada, los asistentes visitaron también el Templo del Sagrado Corazón, donde llevaron a cabo una plegaria de cierre del encuentro dentro de la basílica.