Adoración Eucarística
Una nueva propuesta de ADORACIÓN EUCARÍSTICA
al alcance de todos los ‘amigos del Templo del Tibidabo’
Los católicos valoramos mucho la participación activa en la celebración de la Eucaristía, que es el modo más sublime de adorar a un Dios encarnado que se pone a nuestro alcance y se ofrece como el alimento más importante de nuestra vida cristiana.
Sin embargo, podemos adorar a Dios no solo en el acto de la celebración de la Eucaristía —la santa Misa—, sino también en cualquier hora del día gracias a la presencia real de Jesús en el ‘pan’ y el ‘vino’ consagrados en la misma celebración.
También solemos hablar de la adoración al Santísimo Sacramento al referirnos a la adoración eucarística, que es una forma excelsa de oración a Dios que reúne unas características muy especiales.
A veces aludimos a la adoración diurna y la adoración nocturna como si hablásemos de dos expresiones perfectamente definidas e inmutables, poniendo el acento en el adjetivo que las diferencia —‘diurna’ o ‘nocturna’— más que en el sustantivo: la adoración. Seamos realistas: el adjetivo más útil para cualificar la palabra ‘adoración’ es el que determina su carácter esencial. Nos estamos refiriendo a la adoración eucarística.
No olvidemos que el papa Francisco a menudo se refiere a la adoración eucarística y a la necesidad de fomentarla, reconociendo que requiere unas condiciones que no siempre están al alcance de todos y una habilidad que se adquiere con mucho esfuerzo y la debida orientación.
En la homilía de la Fiesta de la Epifanía del año pasado, él mismo recordó muchas formas de adorar al Señor Jesús. Por ejemplo, estas: «ADORAR es reconocer nuestra pequeñez en presencia de Jesús y descubrir que la vida es noble no por el hecho de ‘tener’, sino por el hecho de ‘amar’»; y «ADORAR es encontrarse con Jesús con el único afán de estar con Él».
En el Templo del Tibidabo, habitualmente usaremos de la expresión adoración eucarística, respetando los principios esenciales contemplados en la Red Mundial de Oración del Papa. Clicar aquí para acceder a la Red Mundial.
En estas circunstancias, podremos hablar de la Adoración Eucarística del Tibidabo (AET).




